domingo, 16 de marzo de 2014

La Cueva y el Mirador de Palacios ( 2 horas aprox.)

Recorrido circular por la sierra de Estada (Huesca)

El Prepirineo de Huesca es la impresionante sierra de Guara, pero también innumerables montes de menor superficie y tamaño no tan populares que también brindan magníficas oportunidades de hacer una Andadeta. Como la Carrodilla, primera frontera entre el llano y la montaña. Nos damos una vuelta por la parte de la sierra de Estada.

Tras pasar la localidad Estada (Huesca), conduciendo por la A-133, tomamos un desvío a la derecha justo antes de encontrarnos con la N-123 (carretera de Graus) Lo reconoceremos al ver una inclinada plancha de cemento en los primeros metros que se convierte en camino de tierra. Inmediatamente después, ese camino cruza el canal del Cinca. Nada más atravesar el puente sobre el canal, ya podéis dejar el coche en alguna de las pequeñas explanadas que hay.

Veréis una doble señal de madera frente a vosotros. A la derecha, señala “Ruta Senderista”. A la izquierda, “Cueva de Palacios”. Forman parte de un recorrido circular así que si vais por uno, volveréis por el otro y viceversa. Yo tomé el camino de la derecha. Durante alrededor de cincuenta minutos, vamos ascendiendo desde los cuatrocientos y pico metros hasta los setecientos y pico. Por lo tanto, pondréis vuestras piernas a prueba. Tomadlo con calma.



El camino va serpenteando por la ladera del monte entre campos de oliveras y bosque de pino y carrasca y hay pocos tramos en los que la ruta llanee. Finalmente, llegamos a una especie de semiderruido cubierto para el ganado en el que hay un cartel informativo que nos habla sobre las labores del campo y que nos advierte de que hemos dejado de ascender. Volvemos a ver unas señales de madera. Nosotros seguiremos la que nos recuerda la “Ruta Senderista” y que significa el inicio de la ruta de descenso (el resto de marcadores nos invitan a seguir ascendiendo hacia dos senderos GR. Me lo apunto para otra vez)

A partir de este punto, el camino nos introduce en el interior de la zona boscosa, bajando hacia el llano por un barranco. Andaremos sobre un camino de tierra durante unos veinte minutos hasta que después de pasar por una pequeña balsa, la pista acaba y empieza un sendero de montaña, de esos de tres palmos de ancho. Sin duda, encaramos la parte más bonita del paseo y la que nos transporta a una típica “pateada” senderista de montaña.





Después de una media hora de descenso, vemos nuevas señales de madera. A la derecha, nos invitan a visitar la Cueva de Palacios y un Mirador. Recomiendo que toméis este desvío en trayecto de ida y vuelta porque las vistas valen mucho la pena (aunque a mi me tocó un día de estos de neblina que tocan lo que no suena) Tened aquí mucho cuidado. El sendero asciende abruptamente. Es escarpado y hay piedra suelta. Al cabo de unos diez o quince minutos veréis la citada Cueva de Palacios, en la que han instalado una mesa y unos bancos estilo pic nic. Si continuáis durante otros diez minuticos llegaréis a un alto presidido por un cartel informativo que pone nombres a las maravillas que estamos contemplando. Momento perfecto para parar un rato y coger fuerzas.





Ante vosotros, el Cinca, aparentemente manso culebreando por el llano a los pies de la sierra. También veréis ese otro “río” hecho por el hombre, el Canal del Cinca. En un pequeño tozal, se ubica la localidad de Estada. A su izquierda, la parte de atrás de su vecina Estadilla. Al frente, el Pueyo de Barbastro. Hacia vuestra derecha, el imponente Pirineo nevado. Y esas son tan solo algunas de las bellezas naturales que os esperan en este mirador.

Cuando os encontréis descansados, es el momento de retornar por donde habéis venido hasta volver a las últimas señales que visteis. Mucho cuidado. Cuando bajo por un sendero, parece que tengo trescientos años de edad. Me apoyo en todo lo que puedo y voy con tremendo cuidado. Además, de bajar “de lado” cuando enfrento las partes más empinadas. Me da igual la pinta que saco. Actuar así me ha evitado más de una tozada.


Una vez que llegamos de nuevo al sendero “principal” continuamos descendiendo y disfrutando de las vistas del llano que se abre ante nosotros, aún internados en el bosque. De hecho, en un momento, cruzamos el fondo del barranco. Una media hora después desembocaremos en una pista forestal que nos llevará a un camino de tierra a la altura de una granja de ovejas. Lo tomamos hacia la derecha y tras un breve repecho ya podremos ver la zona del canal y el lugar en el que hemos dejado el coche. En total, un par de horetas más majas que para qué.


¡¡¡Buena Andadeta!!!

sábado, 8 de marzo de 2014

Pelegriñón y Rocafort: pueblos "fantasma" en La Litera (2 horas 14 minutos aprox.)

Vertedero de Tamarite-ermita de santa Ana-Pelegriñón-ermita de la Guardia-Rocafort-Vertedero (12´2 kilómetros)

Los pueblos abandonados son una triste constante en la montaña de la provincia de Huesca. Este fenómeno es menos común en el sur de la provincia. Hay multitud de localidades de escasos habitantes pero no es común encontrar poblados no solo vacíos sino cuyos edificios, además, han sufrido el paso de los años en forma de ruinas que no dejan de dotar al paseo, en este caso, de un toque "fantasmagórico".

Esta Andadeta nos lleva por el Lugar de Interés Comunitario Yesos de Barbastro que hace de frontera natural entre la partes alta y baja de la comarca oscense de La Litera. Pero, más importante aún, significa la frontera entre el puro llano y las primeras estribaciones montañosas del Altoaragón. Son esos montes "olvidados" ante el poder y la atracción que ejercen el Prepirineo y los Pirineos. Si a este paseo por el monte, nunca mejor dicho, le añadimos la visita a Pelegriñón y Rocafort, dos localidades completamente abandonadas cuyos edificios apenas se sostienen en pie, tenemos una andadeta de lo más apañada.

Nuestro viaje se inicia en las inmediaciones del acceso al Vertedero Municipal de la Comarca de La Litera, ubicado en el término municipal de Tamarite. Para llegar hasta allí, hay que dirigirse hacia Tamarite y, a las puertas de la localidad, tomar el desvío a la izquierda que nos lleva el polígono. Por la derecha, rodea la zona industrial una pista asfaltada (con aspecto de carretera en algunos momentos) que nos llevará a un cruce de caminos. A la derecha, nos indica el camino del vertedero. En dicha encrucijada podemos dejar el coche.

Cogemos la pista en sentido al vertedero hasta que tomamos, en línea recta, el primer camino de tierra que vemos. Frente a nosotros, los montes de yeso. Durante una media hora, aproximadamente, seguimos este camino principal. Es una pista de tierra que discurre "semienterrada" con los campos de ambos lados a un nivel de unos dos metros respecto al suelo que estamos pisando. El camino va girando suavemente a la derecha. Como referencia de que vamos bien veremos, primero, la pequeña ermita de santa Ana en un alto a nuestra izquierda y, poco después, a ésta junto la ermita de la Guardia, en un tozal mayor. Nos tienen que quedar a la izquierda del camino para saber que vamos bien.

Al cabo de la media hora mencionada, vemos un desvío a la izquierda con una señal en el que reza "santa Ana". Realizamos una pronunciada U y nos dirigimos al pequeño recinto religioso, que tenemos a la vista. Ahora empieza lo interesante ya que vamos a protagonizar un recorrido circular que nos llevará respectivamente por la citada ermita, la localidad de Pelegriñón, la ermita de la Guardia y la población de Rocafort, para volver a este mismo desvío.
Ermita de Santa Ana
Tras andar unos minutos, cruzaremos un pequeño barranco seco en el que vemos varias señales informativas. Seguimos el camino por el que venimos unas decenas de metros hasta llegar a dicha ermita que nos permitirá tener una buena vista de los campos cultivados del valle y los montes que nos rodean. Volveremos sobre nuestros pasos hasta el citado barranco porque debemos tomarlo ahora a la izquierda en sentido al despoblado de Pelegriñón. Fijaos en las señales informativas. Son un buen apoyo.

Al principio es un pequeño camino. Luego, se convierte en un sendero y justo en el punto en el que se transforma en una barranquera, vemos un pequeño sendero al estilo de montaña que asciende por la derecha y que nos lleva a esta localidad abandonada. Seguiremos el sendero dejando a la izquierda los edificios derruidos construidos al abrigo de unas peñas.

De la barranquera por la que hemos subido, parte un sendero a la derecha que nos llevará a Pelegriñón



Tres imágenes del despoblado de Pelegriñón
Dejamos atrás Pelegriñón por el sendero mencionado anteriormente e internados ya en un bosque de carrascas y pinos. Veremos varios itinerarios con roderas de motos. Parece que es una zona a la que algunos vienen a hacer el cabra. Pero al menos nos sirve para tener referencias a la hora de ascender por el estrecho paso. Optaremos por el itinerario que nos lleve hacia la derecha hasta que aparezcamos en una pista forestal. Al lado, el cementerio de Rocafort.
Entre Pelegriñón y la pista de Rocafort sube un sendero de montaña por un estrecho paso

Ermita de la Guardia, en Rocafort
Vista desde la ermita
Tomamos la pista a la derecha ascendiendo durante unas decenas de metros hasta llegar a la ermita de la Guardia. Desde ahí podemos ver el despoblado de Rocafort y parte del camino que hemos de tomar a continuación. Volvemos sobre nuestros pasos y descendemos por el camino de tierra pasando por el cementerio hasta que llegamos al citado pueblo "fantasma". Llegaremos a una encrucijada en la que a la izquierda vemos indicaciones a Cuatrocorz (un tercer pueblo abandonado) y Alcampell. Me lo apunto para la próxima vez.

Iglesia de Rocafort



Rocafort, a la tardada

Pero vosotros tenéis que seguir la señal que indica hacia San Esteban. Estáis rodeando Rocafort hasta que veáis una bifurcación. A la izquierda señala el Estany de Queraltó (otro itinerario que me apunto para una futura andadeta) Vosotros tenéis que ir a la derecha y, al cabo de unos veinte minutos, amanecéis en el inicio del recorrido circular, en el punto en el que permanece la señal que indica cómo llegar a santa Ana.

En este caso, continuaremos descendiendo durante alrededor de media hora por el camino por el que iniciamos nuestra andadeta hasta llegar de nuevo al desvío del vertedero en el que hemos dejado el coche.

¡¡¡Buena Andadeta!!!