sábado, 30 de noviembre de 2013

Barranco Ponz y Rocas de Turmo, en Azanuy (2 horas)

Supongo que lo he dicho alguna vez ya. Pero con mi escasa memoria es habitual que me repita como el ajo. Me gustan las rutas circulares. Permiten no repetir a la vuelta el paisaje de la ida (tampoco me va a dar un síncope si vuelvo por donde he venido, está claro), así que te da sensación de que recorres más trozo. Y tampoco me he encontrado demasiadas rutas circulares en las pateadas que he hecho. El tema es que, normalmente, cojo senderos que son parte de otros más grandes, así que no es posible hacer circuito sino andar un tramo y luego volver sobre tus propios pasos.

Por eso, la ruta del Barranco de Ponz y las Rocas de Turmo, en Azanuy (Huesca) es una de las que más me ha gustado en los últimos tiempos. Es un paseo bien señalizado, muy atractivo, con un itinerario muy variado y asequible que saca el máximo partido a lo que ofrece una tierra de frontera con el llano en la que asoman los primeros montes que a los pocos kilómetros se convierten en el Prepirineo, primero, y los Pirineos, después. 

Si partimos de Binéfar, para llegar a Azanuy hay que tomar la carretera que pasa por San Esteban de Litera. Si partimos de Monzón, cogeremos la que cruza por Almunia de San Juan. Ambas se encuentran en el que puede ser uno de los cruces más peligrosos de la historia del Universo o, como mínimo, de Aragón. Tanta rotonda inútil por ahí y resulta que donde hace falta, no la ponen. Un nuevo desprecio a las áreas rurales.

Tomaremos entonces el desvío hacia el pueblo de Azanuy, en el que entramos. Yo suelo dejar el coche en una pequeña marquesina que hace de parada de autobuses y desde donde parte el sendero que os propongo: el barranco Ponz y, de postre, las Rocas de Turmo. En total, unas dos horas.

Inicio del sendero

El primer tramo nos lleva por campos de cultivo

Iniciamos el camino que cruza los campos de secano. Yo lo he hecho a la puertas del invierno, con los campos recién labrados y los tones ocres predominan mezclados con el verde oscuro de las carrascas, que es el árbol que capitena las masas forestales naturales por estos territorios. La ruta está bien señalizada así que, simplemente, no os empanéis y estad atentos a las señales, tanto escritas, como los palos clavados en el suelo y con franjas verde y amarilla que también podéis ver en árboles y rocas, posteriormente.




Al cabo de unos veinte minutos dejáis este camino de tierra y os introducís por una senda en el barranco de Ponz. Durante una media hora, recorreréis este lecho seco alfombrado por piedras en unos tramos y por barro en otros (cuidado cuando esté húmedo que el "buro" resbala que te cagas) En algunos tramos iréis flanqueados por paredes de arcilla de formas variopintas gracias a lo fácil que son de erosionar por parte de los elementos. En otros, la vegetación no os dejará ver mucho más que el camino que tenéis hacia adelante.

En este cruce, primero iremos a la izquierda para ver las Rocas de Turmo, volveremos e iremos a la derecha hacia Azanuy

Alrededor de tres cuartos de hora después de haber iniciado el camino en Azanuy os encontraréis con una doble señal: a la izquierda os señala el paraje de las Rocas de Turmo y, a la derecha, la vuelta a la localidad oscense. Nos iremos hacia la izquierda para disfrutar de estas formaciones rocosas que adquieren siluetas diversas por el azote de lluvias, heladas, calores estivales y tantos otros factores erosionantes. A los cinco minutos escasos, vemos la señal que nos dice que es momento de dejar este barranqué. Tres minutos después, a lo sumo, nos plantamos ante un recorrido circular que nos lleva a rodear las Rocas de Turmo.

La ida encamina nuestros pasos por las "cimas" de estas peñas. Es un buen lugar para beber un poco y tomar un tentempié mientras se disfruta del agreste paisaje del secano aragonés escarbado por los agricultores durante generaciones. Tardaréis un cuarto de hora en visitar esta piedras para luego empezar a descender y bordear las mismas peñas en este caso por su base. El sendero discurre limitando con los campos agrícolas.






Otro cuartico de hora y completamos el circuito de las Rocas de Turmo (en total, unos treinta minutos de corrido más los que os queráis parar) Es momento de retornar al barranco y desandar el itinerario hasta la señal que os he mencionado anteriormente (aquella que hacia la derecha nos indicaba cómo llegar a Azanuy) Esta vez le haremos caso y subiremos una pequeña cuesta hasta dar con otro camino pecuario.




Azanuy, ya de vuelta

Tan solo tenéis que seguir las distintas señales y tras unas cuantas subidas y bajadas no demasiado pronunciadas, llegaréis a Azanuy en alrededor de media hora. Pero antes de llegar paraos en un aljibe (depósito de agua excavado en la roca) que hay a la orilla del camino y que nos recuerda qué métodos se utilizaban durante siglos para acaparar agua en una tierra que llueve de ciento a viento.

Justo antes de llegar de vuelta a Azanuy, nos encontramos este aljibe
En total, un par de horetas. Y, oye, tenemos barranco, peñas, paisaje, camino, campos de cultivo... No creo que se pueda pedir mucho más para un paseante.

¡¡¡Buena andadeta!!!