jueves, 19 de septiembre de 2013

Mirador de Ansuilo (Pirineos de la Ribagorza. 1 hora 30 minutos)

Un esguince me ha tenido apartado durante un tiempo de mis andadetas, por eso estoy tan contento de volver a escribiros tras unos meses con el blog parado.

El destino de hoy es, simplemente, precioso. Y suma dos cosas que me gustan: un paseo en coche de los de ir a cincuenta por hora y con la mano asomando por la ventanilla del coche en plan "me gusta conducir"; y una reparadora andadeta por un paraje de foto buena, no de las que hago yo. En fin, la ruta de este artículo recorre el Bosque de Pagá y nos lleva al Mirador de Ansuilo, muy cerca del alto de Bonansa.

Partiendo de Binéfar, que para eso es donde estoy yo, se toma la autovía A2 en sentido a Huesca. A la altura del primer desvío de Barbastro, nos internamos en la N-240 y antes de llegar a la citada ciudad, nos dirigimos hacia Graus, por la carretera que discurre paralela al río Ésera, pasando por parajes siempre gratificantes como el Congosto de Olvena. Una vez cruzado Graus, tomaremos la carretera a Capella y Roda de Isábena. Dejaremos atrás esas localidades y nos internaremos en el congosto de Olarra. En esa zona, nos tenemos que dirigir siempre en sentido hacia Vielha. Poco antes de llegar al alto de Bonansa (1.380 metros de altura) veremos una pista forestal que se interna en el Bosque de Pagá. Ahí dejamos el coche.



Vemos una señal que nos pone que el Mirador de Ansuilo está a unos 45 minutos. Sin ser un genio de las matemáticas me atrevo a asegurar que ida y vuelta nos llevará una hora y media. La ruta es muy sencilla, que era algo que me venía muy bien para mi esguince. Nunca dejaremos esa pista y no hay desvíos que nos puedan liar. Tan solo nos tenemos que fijar en unos cuantos puntos de interés que nos servirán de referencia para comprobar que vamos bien.

A los cinco minutos escasos de haber comenzado a caminar, al lado del camino veremos el final (provisional) de un sendero apto para personas en silla de ruedas. Eso es lo que pone porque yo me lo encontré atravesado por troncos de una reciente tala. Así que, sendero apto...¡¡¡mis cojones!!! No lo cojais, solo os lo he mencionado como punto de referencia. En todo momento vamos por la misma pista atravesando el ya mencionado bosque de Pagá. Primero, predomina el pinar pero más tarde el hayedo va tomando el relevo (os recuerdo que estamos a más de 1.400 metros de altura) A los veinte minutos de iniciado nuestro trayecto, podemos refrescarnos en Font Comas, una fuente natural canalizada. A los pocos metros nos encontramos el refugido de Ansuilo, que rebasaremos.





En la última parte del sendero, el bosque deja paso a los prados de montaña. Rodeando una borda y siguiendo un cartel indicador llegamos a un espectacular mirador sobre esa parte de los Pirineos Ribagorzanos. Tomaos todo el tiempo que queráis porque las vistas son la hostia. Además, incluso hay unos anteojos gratuitos para poder acercar esas escarpadas cimas. Y no solo hay que tomarse tiempo para disfrutar de las montañas sino de buitres, rapaces y otras aves que mi ignorancia supina en el tema me impide nombrar.








Llenos los pulmones de aire fresco, es momento de volver.

¡¡¡Buena andadeta!!!

*Para volver en coche podéis tomar el mismo camino por el que habéis venido. Pero a mi me gusta, siempre que se puede, hacer una ruta circular. Así que, seguid con el coche hacia Vielha y cuando lleguéis a la N-230, bajad hacia Lleida. Pasado el pantano de Escales, Puente de Montañana y Benabarre entre otros lugares, tomad el desvío que os venga mejor: Alcampell si vais a la zona de Binéfar o la carretera de Benabarre a Graus y después bajando hacia Barbastro y Monzón, si esa es la zona de la que procedeis.