Recupero una andada que ya hice hace un par de veranos. Por primera vez, os tengo que decir que no es para todos los públicos. El acceso a la ermita es por la escarpada ladera de un profundo barranco y hay que ayudarse por sirgas y cadenas en varios tramos. Por ello, haced este sendero tan solo si estáis en una forma fisica adecuada para las circunstancias que os acabo de comentar.
La ermita de San Martín del Alcanadre se encuentra en un recóndito
punto al fondo de un barranco por el que pasa el río del mismo nombre.
Es uno de los senderos más espectaculares que ofrece la sierra de Guara
en la comarca del Somontano (Huesca, España). Partiendo de Barbastro
como punto de referencia, cogeremos la carretera N-240 hacia Huesca. A
escasos kilómetros nos desvíaremos en la localidad de Peraltilla y nos
dirigiremos hacia la turística población de Bierge. Allí tomaremos la
carretera de Rodellar que nos introduce en el Parque Natural de la
Sierra y Cañones de Guara.
Al cabo de unos diez kilómetros veremos
una pequeña señal a la izquierda que nos indica la dirección a la
ermita de San Martín del Alcanadre. Tras andar por una pista forestal
llegamos a un espectacular mirador que nos permite dominar visualmente
el barranco del río Alcanadre. No es raro poder ver buitres y aves
rapaces sobrevolando la zona.
El sendero es duro en esta parte
porque hemos de descender al mismo fondo del barranco. Hay que tener
mucho cuidado en seguir las indicaciones de sendero porque se trata de
un camino muy escarpado. En ocasiones hay que ayudarse de cadenas y
sirgas ancladas a la roca para ayudarnos en nuestra ruta. No es apto
como excursión familiar y para niños sino para personas que cuenten con
cierta experiencia en el montañismo y estén en buena forma física.
Vale
la pena el esfuerzo porque llegamos al fondo del barranco que nos
ofrece una espectacular imagen del serpenteante río. Cruzamos una
pasarela de metal y ascendiendo unas docenas de metros y a resguardo
bajo la gran fachada de roca del otro lado del barranco, se encuentra la
ermita de San Martín del Alcanadre. Si vais en verano, no dejéis
escapar la oportunidad de echaros un chapuzón en las aguas cristalinas de un territorio
completamente virgen. La sensación de paz y de belleza es, simplemente,
indescriptible.
Tomad fuerzas porque luego queda alrededor de una
hora de ascenso hasta llegar al mirador que he mencionado anteriormente.
A partir de ahí, el paseo hasta el coche será más llevadero guardando para nosotros el recuerdo de los espectaculares paisajes.
¡¡¡Buena Andadeta!!!