sábado, 16 de marzo de 2013

Castel de la Mora, desde la pista de Zurita (2h 3 minutos)

Nuestra particular Historia ha provocado que a lo largo y ancho de nuestra geografía se diseminen cientos (por no decir miles) de construcciones defensivas de todo tipo: fortalezas, atalayas, torres, castillos... Uno de ellos se encuentra en el término de Peralta de Calasanz. Se trata del Castel de la Mora. Nos recuerda también que la presencia árabe en España ha dejado rastro en muchas cosas, incluidos los topónimos.

Desde Binéfar, tomaremos la A-140 hasta Tamarite y, de ahí, coger el desvío a Alcampell que nos lleva a la N-230 sentido Benabarre. A los pocos kilómetros, vemos el desvío a Baells. ¡¡¡Mucho cuidado!!! Puede que sea uno de los cruces de carretera más jodidos de los que me he encontrado. Entramos en Baells y tomaremos una especie de pequeña circunvalación que nos lleva a rodear la localidad literana por la izquierda. Tomaremos la pista forestal a Zurita parando en un cruce en el que una señal de madera nos indica el camino al Castel de la Mora y Peralta de la Sal.

En la cima del monte más alto se encuentra la ermita de San Quílez

Iniciamos el paseo. En el primer tramo, de una media hora de duración aproximadamente, rodeamos una colina así que a un lado tenemos monte y al otro los campos de cultivo hasta llegar a un punto alto en el que se produce un cruce de caminos. Durante ese primer tramo podemos admirar a lo lejos el monte coronado por la ermita de San Quílez, el punto más alto de La Litera. La pista se introduce en el bosque de carrasca hasta que cubrimos este primer tramo.

El pequeño "cuadradito" que se aprecia en la cima de la colina es nuestro destino, el Castel de la Mora

 Comenzamos a bajar para cruzar lo que parece una especie de valle. Si observamos a la izquierda, podremos ver nuestro destino, el Castel de la Mora, coronando una colina. Tras salvar dicho valle, perdemos de vista el castillo y volvemos a poder admirar el paisaje de nuestra derecha. Los barrancos de la zona de Peralta sustituyen a los campos de cultivo. Alrededor de los tres cuartos de hora de haber iniciado la andadeta, llegaremos a un cruce: hacia la izquierda nos lleva al Castel y hacia la derecha desciende a Peralta, localidad que incluso ya podemos ver en la distancia.

Justo antes de tomar el último desvío, podemos ver los barrancos de Peralta e incluso la localidad del mismo nombre

Tomado el desvío a la izquierda, encaramos el último cuarto de hora hasta el Castela de la Mora

Nosotros, esta vez, optamos por la pequeña fortaleza. Tan solo nos queda alrededor de un cuarto de hora de camino. Volvemos a ascender por la serpenteante pista hasta que nos topamos con la ermita de la Virgen de la Mora, sin demasiado interés arquitectónico. La pista culmina ahí y enlaza con un pequeño sendero que lleva la cima en la que se asienta el mencionado Castel de la Mora.

 Se trata de una estructura cúbica, restaurada gracias al esfuerzo, entre otros, de la Asociación que lleva el nombre de este monumento. Las vistas son espectaculares, hacia el llano literano incluida la cercana población de Cuatrocorz y hacia la montaña con los primeros barrancos de Peralta, las estribaciones prepirenaicas y los Pirineos. También se puede entrar en el pequeño castillo. Eso sí, tened mucho cuidado, pero las vistas desde las ventanas medievales merecen la pena.

Mirando hacia Cataluña, está la localidad de Cuatrecorz


Castel de la Mora
Interior de la fortaleza

Vista espectacular

Puerta de entrada al Castel
Como os suelo recomendar, disfrutad del lugar en el que os encontráis durante unos minutos, haced fotos, coged aliento y desandad vuestros pasos.

¡¡¡Buena andadeta!!!

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