lunes, 21 de enero de 2013

Binéfar-sierra de San Quílez-Binéfar (2h 39')

Hacer una andada por los alrededores de Binéfar, mi pueblo, ha tenido algunas ventajas que se pueden aprovechar. Como no me había preparado un paseo por algún otro lugar ha sido una opción muy socorrida porque no he tenido que pensar dónde ir y me he ahorrado el coger el coche. Simplemente, he salido ya andando de la puerta de casa. Por otro lado, me ha permitido descubrir rincones de mi propia localidad que aún no conocía a pesar de llevar la mayor parte de mi vida aquí. Y he hecho aprecio al esfuerzo del Ayuntamiento por habilitar un camino natural. Porque supongo yo que este tipo de actuaciones se llevan a cabo precisamente para que alguien las disfrute.

Esta ruta, pues, nos lleva de Binéfar a la sierra de San Quílez para volver a la localidad literana utilizando en una buena parte el Camino Natural.

Salimos del pueblo por la travesía que lleva a Monzón. Poco después de pasar bajo el puente de la vía del ferrocarril (hay acera) vemos un camino asfaltado hacia la izquierda que lleva, en primera instancia, al Matadero Fribín. Hay que cruzar la travesía, así que tened cuidado. Al llegar a la altura de dicha empresa, seguimos el camino hacia la derecha hasta llegar a la rotonda de la vía de servicio de la autovía A-22, tras cruzar un túnel bajo dicha vía rápida. Han pasado unos diez minutos desde que emprendimos el paseo.

Tras pasar este túnel cogeremos un camino a la izquierda

Cruzamos también esa glorieta con mucho cuidado, ya que no hay acera ni paso de cebra. Veremos que, paralelamente al tramo de la vía de servicio que transcurre a nuestra izquierda, hay una especie de camino de tierra separado de la carretera por una valla de madera. Tomamos ese camino y andamos unos diez minutos hasta llegar a una pequeña balsa. A esa altura muere (o nace, según se mire) otro camino de tierra que vemos señalizado como parte del camino natural, que nos encara ya hacia San Quílez.

Este camino discurre paralelo a la vía de servicio de la A-22
El inicio del Camino Natural queda a nuestra espalda

Vamos paralelos a la carretera de Binaced hasta que damos con una vía pecuaria algo más grande en la que giramos a la derecha. Ya no dejamos ese camino hasta llegar al Canal de Zaidín, ramal del Canal de Aragón y Cataluña. Cruzamos el puente sobre la canalización y tomamos la ruta que nos lleva a la sierra de San Quílez, a la altura del conocido como "Huerto de Don Hipólito" más o menos. Cuando lleguemos a una especie de placeta natural con una gran carrasca, llevaremos una hora de camino desde que empezamos.

Tras cruzar el canal comenzamos el ascenso a la sierra

Ya estamos en San Quílez. Ahora, hacia la ermita
Estamos ya en la sierra de San Quílez, un lugar muy querido por los binefarenses. Vamos a sacarle partido. Ahora nos dirigimos hacia la izquierda en sentido hacia la ermita dedicada al mismo santo. Es del poco terreno boscoso que hay tanto en ese saso como en el término municipal de la Villa. Básicamente, pinar. Llegados a la explanada de la ermita, descendemos por el único camino que hay dejando el pequeño recinto religioso a nuestra derecha.

La ermita de San Quílez (derecha) y el camino por el que iniciamos el descenso
Al cabo de unas decenas de metros, cuando llevamos algo más de una hora de andada, os recomiendo que os paréis un rato en el mirador de la fuente de los pajaritos (pajaretes, le llamaría yo). Nos ofrece grandes vistas del llano literano, así como de la propia localidad de Binéfar. Sin embargo, no nos encantemos que esta ruta es larga.

Vista de Binéfar desde San Quílez
Nos encontramos el descenso más pronunciado de nuestro paseo, que nos llevará al canal de nuevo. Nos van surgiendo varios ramales del camino pero yo os recomiendo que sigais por el que estáis hasta llegar al inicio del Camino Natural en su tramo del canal. Para haceros una idea, si a un lado transcurre un camino asfaltado de servicio de esta canalización de agua, la vía natural se ha habilitado en el otro margen. Tiene una longitud de unos tres kilómetros.


Dos imágenes del Camino Natural
Nos permite ver el canal desde otra perspectiva (quien diría que puede cambiar tanto la cosa tan solo yendo por el otro lado) Hasta hace relativamente poco tiempo, ese margen era tan solo una zona de maleza por la que no se podía pasar. Lo realizaremos por completo pero con una variación que os explico. Cada cierta distancia, el Camino Natural queda cortado por los caminos que transcurren entre la sierra y la zona baja. En el penúltimo cruce, subiremos unos pocos metros hacia la sierra. Reconoceréis ese camino porque se ve desde el canal dos indicadores de madera, uno de ellos pone Balsa de las Golondrinas. El otro, ramal del camino de Alcort. Cogéis entonces el pequeño camino de la derecha (en primer camino que se veía desde en canal) que os llevará al conocido con el poco estimulante nombre de "Camino de las Basuras" porque era el que llevaba al vertedero municipal antes de ser clausurado.

Ramal del camino de Alcort
Es entonces cuando bajamos hacia el Canal de nuevo y al llegar al mismo, retomamos el Camino Natural en sentido contrario para hacer el único tramo que nos faltaba. Cuando lleguemos al primer cruce; como queráis, o seguís la Vía Verde o, como hice yo por cambiar, nos pasamos al camino asfaltado que discurre paralelo a la canalización. En todo caso, cuando lleguéis a una gran balsa en la que se puede advertir la señal de un restaurante próximo, abandonad la "banqueta" del canal y tomad ese camino, llamado de "El Romeral" hasta llegar a la rotonda de la vía de servicio de la autovía de la que prácticamente partimos, completando el circuito.

El atardecer me pilló volviendo por el camino asfaltado de la banqueta del canal

Tras pasar por debajo del canal, tomar a la izquierda el desvío al llegar al matadero y volver a entrar en Binéfar cruzando el túnel del puente de la vía, habréis completado estas casi dos horas y tres cuartos de paseo.

¡¡¡Buena andadeta!!!

domingo, 20 de enero de 2013

Hoy he hecho una andada de dos horas y tres cuartos. Y también la quiero poner en el blog. Por ello, voy a seguir con ese espíritu de paseos asequibles para la gente que se toma esta actividad más como ocio que como deporte. Pero no voy a renunciar a añadir otras rutas más extensas, que requieren mayor exigencia física. Cada uno que escoja según sus gustos y capacidades. Por ello, he rebautizado el blog y ahora se queda con el sencillo nombre de Andadetas.

viernes, 18 de enero de 2013

Barranco de Alquézar por partida doble

No me he encontrado con muchos senderos circulares en mis andadas. Éste es uno de los casos y tiene ese pequeño punto añadido de disfrute al no volver por donde has ido. Bueno, siendo exactos, la ruta que os propongo tiene la forma de un 8. Como no, Alquézar es el punto de partida de éste como de otros tantos paseos bien majos. Esta conocida localidad del prepirineo aragonés está rodeada de caminos y senderos de gran interés paisajístico. No solo merece la pena ir, sino repetir.

Alquézar

Partiendo de Barbastro, hay que tomar la carretera de Alquézar (A-1232) y nos plantamos allí en una media hora. Tomamos la rotonda hacia la señal de aparcamiento que queda en la parte superior de la localidad y allí dejamos el coche.

Ya andando, nos cruzamos Alquézar de punta a punta dirigiéndonos hacia la colegiata. A sus pies desciende una calle en bastante pendiente. Al poco de iniciar el descenso, tan solo unos metros, veremos un estrecho pasillo empedrado a la izquierda como si fuéramos hacia el barranco, que nos lleva al Mirador d'O Bicón. Podemos disfrutar de las vistas un momento antes de iniciar el descenso.




A la izquierda, surge un sendero. Tened mucho cuidado. Desciende en bastante pendiente hasta el fondo mismo del barranco del río Vero así que tomadlo con calma. Id parando, disfrutad de las vistas del congosto y de los escaladores que hacen equilibrios en las paredes de la zona. El pequeño sendero hace curva y contra curva hasta que se llega a una pequeña presa.




En ese punto podéis tirar a la derecha en sentido a la minicentral hidroelétrica o a la izquierda, yendo río arriba. Yo os lo explicaré como lo hice.

Decidí ir a la izquierda hacia la presa cruzando por un primer tramo de pasarela. Salvado el salto de agua, se camina unos minutos hasta volvernos a encontrar con otras pasarelas que transcurren a unos tres metros de altura sobre el nivel del río, aproximadamente. Estamos en una parte estrecha del congosto en la que merece la pena pararse para echar un vistazo a nuestro alrededor, embargándonos del silencio que ahí se respira.




La barranquera se abre aguas arriba al mismo tiempo que dejamos el paso metálico para volver al sendero. A nuestra izquierda vemos un  desvío que nos invita a volver a Alquézar ascendiendo por un estrecho barranco. Pero nos perderíamos una de los puntos más atractivos de la ruta si lo cogemos ya. Así que seguid el sendero hacia el río y llegareis al pie de un espectacular abrigo (especie de cueva pero no tan cerrado) Simplemente impresionante.



Volvemos sobre nuestros pasos y, ahora sí, subimos chino chano y con paciencia por el caminete que os he dicho antes. Alterna pasarelas de metal, madera y sendero de tierra y roca. Armaos de paciencia, que la pendiente es maja.



Llegado un punto, el camino se convierte en un sendero enlosado que se abre en Y. A la izquierda nos lleva a la zona de la colegiata de nuevo. A la derecha, a una zona algo más arriba de la antigua plaza Mayor llamada ahora Mosén Rafael Ayerbe, pasando por una fuente renacentista.

Aquí es elección vuestra si ya habéis tenido suficiente paseo o si queréis seguir un poco más y completar el segundo círculo de la ruta en 8 que os he dicho anteriormente. Para ello, volveremos a los pies de la colegiata, al mirador d'O Bicón y a bajar por el sendero escarpado hasta la zona de la presa. Pero entonces tomaremos el desvío a la derecha, hacia la minicentral.

Vamos tomando altura por el canto del río y tras pasar por el hueco que dejan unas grandes rocas nos encontramos con unas nuevas pasarelas que durante un tramo nos permiten circular paralelos al río, pegados a la roca, pudiendo admirar otro bonito tramo del congosto. 





Una vez dejamos las pasarelas a la altura de la pequeña minicentral, tomamos un sendero de tierra que va ascendiendo por una de las laderas del barranco. Siguiendo las señales, llegaremos a Alquézar de nuevo, a la altura de un pequeño aparcamiento que hay dentro del pueblo muy cerca de la iglesia parroquial. Nos volvemos a cruzar Alquézar, esta vez en sentido ascendente hasta llegar al coche. Aunque vale la pena que os paréis a tomar un algo en cualquiera de los bares y restaurantes rumiando el bonito paseo que habéis hecho.

¡¡¡Buena andada!!!


miércoles, 16 de enero de 2013

San Salvador de Castillonroy, la ermita fronteriza (1h 30')

La ermita de San Salvador, en el término municipal de Castillonroy tiene algunas particularidades. Hasta ella no llega ninguna pista forestal ni camino, tan solo el sendero. Por lo tanto no se puede acceder con vehículos. Es una ermita de frontera, ubicada en Huesca pero a escasísimos kilómetros de la frontera catalana. Y sin tener una altura remarcable (alrededor de 775 metros) su localización estratégica permite disfrutar de unas espectaculares vistas de prácticamente 360º (el Pirineo al norte, Cataluña al este, el llano a sur y el prepirineo al oeste)

La ermita se encuentra en la cima del monte que hay detrás del cartel


Una cosa vaya por delante, el que quiera hacer esta andada ha de tener ganas de hacer un poco de faena porque se salvan alrededor de 350 metros de desnivel en los tres cuartos de hora que hay de subida, aproximadamente. Mejor estar en una cierta forma física, aunque creo que es bastante asequible para todo el mundo si cada uno lo hace a su ritmo.

Partiendo en coche desde Binéfar, hay que tomar la carretera A-140 pasando por Tamarite y Albelda. A pocos kilómetros de la frontera con Cataluña vemos un desvío a la izquierda hacia Castillonroy. Es una pequeña carretera asfaltada que cruza lo que en la zona se llaman "chesas" (yesos). Al otro lado nos encontramos con la N-230 que lleva de Lleida a Vielha. La tomamos a la izquierda pero con cuidado porque después de unos centenares de metros tenemos que girar a la derecha en el desvío a Castillonroy. Ascendemos otro pequeño tramo hasta encontrarnos con el pueblo, pero no entramos dentro sino que tomamos el desvío a la derecha de la nueva carretera que nos encontraremos. Un par de kilómetros más abajo encontraremos a la izquierda el inicio del camino que nos llevará a la ermita de San Salvador. Allí podemos dejar el coche.

E iniciamos nuestro paseo.

Tardaremos unos veinte minutos andando por una pista de tierra hasta llegar a lo que puede considerarse el monte en el que se asienta la ermita de San Salvador. No hay pérdida. El único punto conflictivo es cuando llegamos a una Y. Entonces hay que seguir el desvío que parece la prolongación natural del camino por el que ya estamos y olvidarnos del que queda a nuestra izquierda. Si lo habéis cogido bien, al cabo de tres o cuatro minutos veis otro cartel de madera que nos invita a tomar un camino más pequeño a la derecha.

El camino se convertirá en sendero

Tras una curva pronunciada vemos un fuerte repecho con el que podemos considerar que ya estamos ascendiendo el monte que os he comentado anteriormente. Son unos cinco minutos de fuerte pendiente hasta que se suaviza. Al cabo de algo más de media hora el camino se convierte en sendero y comienza la parte más espectacular de este paseo. Y la más dura. El sendero serpentea por el borde de esta montaña por lo que las vistas son increibles.

Vista del llano literano ascendiendo por el monte de San Salvador


Acercándonos a la hora de ruta, nos internamos en el monte para encarar el último tramo que nos llevará unos diez minutos por una zona boscosa, primero; y otra de monte bajo, al final. Podréis ver dos senderos que se entrecruzan, uno asciende más directamente por lo que es algo más duro. El otro da más rodeo así que la subida es algo (solo algo) más descansada.

Último tramo del ascenso. Ya podemos ver la ermita.


Tras una hora de ascenso, aproximadamente, llegamos a la ermita de San Salvador. Os recomiendo que os toméis vuestro tiempo. Primero para descansar pero, sobre todo, para disfrutar del paisaje allá donde queramos posar la vista. Mirando hacia el noreste divisamos el pantano de Santa Ana. Un lado es Aragón y el otro Cataluña. Toda esa parte que queda al otro lado de la zona por la que hemos ascendido nos ofrece una impagable estampa de los Pirineos, más bonitos aún si cabe si subís como yo en invierno porque estaban nevados.

Desde este mirador se admira el Pirineo

La ermita de San Salvador fue restaurada hace unos años


Pantano de Santa Ana


Vista del Pirineo


La vuelta se os hará más descansada si, como yo, os cuesta menos bajar que subir. A mi me costó unos diez minutos menos la vuelta.

martes, 15 de enero de 2013

Los acantilados de tierra (1h 41')

Dominando el llano del valle del Cinca, con la localidad de Alcolea (Huesca) a sus pies, se erigen las Ripas como un acantilado de tierra que pudieras desmenuzar con las manos. Es un altiplano (un saso, como le llamamos por aquí) con una altura máxima aproximada de unos 350 metros. Esta andada nos acerca hasta el límite superior de las ripas y nos permite bordearlas disfrutando de unas magníficas vistas durante una hora y tres cuartos, entre ida y vuelta, de asequible paseo.

Tomando como punto de partida la ciudad de Monzón, hay que tomar la carretera de Albalate (A-1234) que pasa por las localidades de Pueyo de Santa Cruz y Alfántega. Tras cruzar Albalate de Cinca y el puente sobre el citado río, se llega a Alcolea de Cinca (A-1235) con las Ripas dominando el paisaje. Seguimos dicha carretera internándonos ya en el pueblo hasta llegar a una rotonda. Tomaremos el desvío a la izquierda que lleva a Fraga y Sariñena (A-130) y ascendemos por la parte derecha de este altiplano, una buena oportunidad para ver las extrañas formas que la erosión origina en los débiles materiales con los que están hechos estos montes.

El acceso está a pie de carretera A-130

Justo al acabar de ascender, sin dar tiempo a empezar a llanear, vemos a la derecha una explanada en la que podemos dejar el coche. ¡¡¡Cuidado al cruzar!!! El camino de acceso está al otro lado, donde podremos ver un cartel que nos señala el Mirador de la Santa Cruz. Una vez aparcado nuestro vehículo y cruzada la carretera con cuidado, andamos durante escasos minutos hasta tomar el desvío a la izquierda. Ya no dejaremos ese camino en todo el trayecto.

En los cerca de veinte minutos que nos costará llegar al mirador, podemos apreciar cómo a la derecha nace un valle que se pierde en la lejanía. Se trata de un paseo para disfrutar de las vistas a lo lejos ya que andamos por un páramo sin demasiado interés paisajístico en la distancia corta.

Del Saso nacen valles como el de la imagen

 A unos 25 minutos de iniciar la andada llegamos al mirador de la Santa Cruz. Dominamos Alcolea de Cinca ya que nos encontramos justamente en la vertical con dicha localidad. También se ve perfectamente la vecina Albalate de Cinca. Tendremos que hacer un ejercicio de Photoshop mental para borrar la fábrica papelera cuya visión no es muy edificante que digamos, con sus chimeneas escupiendo humo a pleno potencia.

Mirador de Santa Cruz

Vista del Valle del Cinca
Acceso al mirador

Alcolea, a los pies de las Ripas


Del mirador continuamos nuestro camino, ahora ya bordeando las Ripas, hacia el Tozal Redondo. Tras pasar por delante de unas antenas de telecomunicación llegaremos a dicho tozal de nombre tan descriptivo. Llevamos unos cuarenta minutos de camino. Tenemos oportunidad de pararnos a contemplar las paredes de este saso, que parecen sacadas de una película del oeste.

Tozal Redondo

Detalle de las Ripas


El último tramo de unos diez minutos concluye en un estrechamiento del Saso en el que entre ambos bordes hay tan solo unos cincuenta pasos. Es buen momento para echar un vistazo a nuestro alrededor y desandar el camino.

¡¡¡Buena andada!!!